Buenos días. Ayer no tuve tiempo para escribir, pero bueno aquí estoy otra vez.
Viendo la foto que preside la entrada de hoy, os podeis hacer una idea de lo que quiero contaros. Es habitual, ver que las personas que por desgracia viven en la calle cuentan con un compañero de cuatro patas. ¿Curioso? Pues yo creo que no, es más, creo que las razones son obvias.
Cuando una persona ha tenido lo que podríamos denominar una "vida normal" (un hogar, una familia...) y posteriormente se queda en la calle, este no se su único problema. Rápidamente perderá a sus amigos o incluso a parte de su familia, se ven solos en el mundo. Ante esta situación, recurren a una compañía que no entiende de poder, ni de dinero, solo sabe de lealtad y fidelidad. Sí, habitualmente estas personas se encuentran acompañadas por perros que se convierten en amigos que son capaces de ver más allá de lo material, que los valora por lo que son y no por lo que tienen (cosa que en los tiempos que vivimos, no es habitual encontrar entre humanos). Recuerdo el título de una canción de "El Último de la Fila" que decía: "La pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana", y cuánta verdad esconden estas palabras.
Por eso creo que si estas personas los eligen como compañeros para su duro camino por el mundo, por algo será. Les ofrecen una compañía incondicional, además les dan calor y protección. Y estas personas, que no tienen nada, comparten lo poco de lo que disponen con sus compañeros caninos. No hablo solo de comida, sino también de ropa de abrigo, etc. Algo que es de valorar, lo poco que tienen lo comparten, y lo comparten con un animal. Creo que estas personas lo dejan muy claro, cuando estás solo en el mundo y no te queda nada, ahí estará él, sin importarle que no tengas nada que ofrecer aparte de tu persona.
Creo que en este post, las palabras sobran.
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